jueves, 6 de agosto de 2009

Uno de cornudos...

Imagínense la escena:


Un wey regresa a casa después de una reunión en la cantina con sus amigotes y por primera vez no se empeda, queriéndole dar la sorpresa a su mujer llega a casa y deja el carro a una cuadra para que ella no lo escuche, entra sigilosamente por la puerta de atrás y sin hacer ruido sube las escaleras hasta la puerta de la recámara principal, pega la oreja a la puerta para saber si ella duerme y… descubre que ella está matando al oso a puñaladas y sin piedad con otro wey !!!


El cornudo ofendido buscó su pistola y con cuidado regresa frente a la recámara y gira la perilla de la puerta sigilosamente, abre con mucho cuidado la puerta, para no ser percibido por los infieles, apunta bien el arma justo en la zona más blanda del amante, y cuando estaba listo para hacer el primer disparo... paró para pensar.


Fue ahí que percibió cómo su vida de casado había mejorado en los últimos meses.


La esposa ya no pedía dinero para comprar carne, ni para comprar vestidos, joyas o zapatos, a pesar de que todos los días aparecía con un vestido nuevo, una joya nueva o una sandalia de moda. Los niños cambiaron la escuela pública del barrio para un colegio privado en un elegante sector de la capirucha, y qué decir de la Minivan nueva que su mujer había comprado, a pesar de estar él hace cuatro años sin aumento de sueldo, y de haberle suspendido desde entonces la el gasto quincenal que solía darle, y de las provisiones mejor ni hablar.


Nunca habían tenido tanta abundancia en casa como en los últimos meses, y las cuentas de luz, agua, teléfono, internet, celular y tarjetas de crédito: hacía tiempo que ni oía hablar de ellas.


El caso es que su mujer era un BOMBON, era una mezcla de Nicole Kidman con Khaterine Zeta Jones enriquecida en un caldo de Elizabeth Hurley y un aderezo de Megan Fox, un viejononón, súper guapa y con un cuerpazo tal que si veías a Ninel Conde y Niurka juntas les mentabas la madre.


Guardó el arma con el mismo cuidado para no ser percibido y fue saliendo de su cuarto despacio, para no molestar a la pareja, paró en la puerta de su sala, encendió un cigarrillo, reflexionó un poco y dijo para sí mismo:


- El wey este paga la servidumbre
- el supermercado
- la escuela de los niños
- las cuentas de la casa
- el carro


¡Todos los gastos!


Y yo voy a la cama con ella todos los días… y gratis !!!


- ¡A gueeevo! ¡El CORNUDO es él!, vamos a seguir chupando !!!

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